El Estado Espiritual en el Arte del Combate
Mokuso. Kendo |
Aunque el cuerpo esté tranquilo y sin movimiento, el espíritu no ha de permanecer quieto.
Aunque el cuerpo esté en movimiento rápido, el espíritu no ha de moverse con rapidez. Ni el espíritu debe dejarse llevar por el estado del cuerpo, ni el cuerpo por el estado del espíritu. Se debe prestar atención al espíritu pero no al cuerpo; que nada le falta al espíritu ni le sobre nada tampoco. Aunque en la superficie sea débil, el espíritu ha de ser fuerte en su fondo. El espíritu no ha de ser traslúcido a los enemigos.
Los que tengan un cuerpo pequeño ha de conocer a fondo la valentía y agrandar el espíritu, y los que lo tengan grande, ser cautos y prestar atención a los pequeños detalles.
Tanto los que tengan un gran cuerpo como los que lo tengan pequeño han de enderezar su espíritu. Es importante tener un espíritu que no se consienta a sí mismo. Es esencial tener un espíritu de esta suerte.
Sin enturbiar el interior del espíritu, éste ha de ser amplio y en esa extensión ha de colocarse la inteligencia. Es importante pulir tanto el espíritu como la inteligencia. Cuando se pule la inteligencia, se discierne entre lo correcto y lo incorrecto, se conoce lo bueno y lo malo de las cosas, se experimentan los distintos caminos de las diversas artes y ya nadie consigue engañarnos. Y así llega el momento en el que la inteligencia se convierte por primera vez en la sabiduría del arte del combate.
Existe algo especialmente diferente en la sabiduría del arte del combate. Incluso en momentos agitados como en los campos de batalla, se ha de llegar a la verdad última del principio del arte del combate y conservar un espíritu inmutable. Esto ha de indagarse a fondo.
Léelo y lo sabrás, hazlo y lo aprenderás
El Estado Espiritual en el Arte del Combate
Reviewed by Daniel Planas Cortés
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16:25:00
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