Mecánica de los Estiramientos
Los músculos esqueléticos han sido creados para mover tu cuerpo. Al contraer los músculos, éstos desplazan los huesos y generan el movimiento. Si los músculos y sus tejidos circundantes (fascia) son elásticos, las articulaciones pueden moverse en toda su amplitud. Si los músculos están tensos, el grado de movilidad es limitado.
Aunque los músculos sean por lo general lo suficientemente largos para permitir una movilidad completa, su elasticidad está limitada por la respuesta condicionada del reflejo miotatico.
Cuando un músculo se alarga más allá de cierto punto, el reflejo miotatico provoca que se tense y procura acortarse. Es un proceso sencillo en que las fibras y ejes musculares registran un aumento repentino e inesperado de su longitud y envían un mensaje por el sistema nervioso para contraer el músculo afectado, lo cual interrumpe la elongación y la potencial catástrofe que podría terminar en una rotura. Es ésta la tensión que percibes durante los ejercicios de estiramiento.
Aunque pueda parecer un estorbo para la flexibilidad, el reflejo miotatico es deseable porque previene, en muchos casos, las distensiones y roturas musculares. Sin él nuestros músculos podrían extenderse en exceso y romperse con facilidad. Mediante los estiramientos, no sólo alargas los músculos, sino que también aumentas la tolerancia del reflejo miotatico.
Inhibición Recíproca |
La inhibición recíproca puede usarse como una ventaja en los estiramientos. Los músculos esqueléticos actúan por parejas, en las que uno se contrae (el agonista) mientras que el otro se relaja (el antagonista). La función del agonista es mover el hueso o articulación mientras que la del antagonista es permitir el movimiento y enlentecerlo si es necesario. Por ejemplo, cuando flexionas la rodilla, los isquiotibiales de la parte posterior del muslo reciben un mensaje del sistema nervioso para que se contraigan. El músculo cuádriceps, el antagonista, situado en la cara anterior del muslo, no recibe el mensaje de contraerse, por lo que se relaja y alarga mientras la pierna se flexiona. Si el cuádriceps se contrae o no relaja al mismo tiempo que se produce la contracción de los isquiotibiales, la rodilla nunca se flexionaría.
Para apreciar la inhibición recíproca en acción, pon la mano en una mesa en la posición para dar un golpe con el canto y empuja hacia abajo. con la otra mano, percibe la tensión en el músculo tríceps situado en la parte posterior del brazo. Debería tensarse con el esfuerzo de empuje sobre la mesa. Ahora percibe la relajación del músculo antagonista "el bíceps", que permite que el tríceps se contraiga.
El resultado de esta función es que se inhibe el músculo que no se contrae, es decir, se suprime su capacidad de contracción. Este principio puede aplicarse para mejorar los resultados del programa de estiramientos, para lo cual se induce la respuesta de la inhibición justo antes de estirar un músculo. Por ejemplo, cuando estires los músculos isquiotibiales en una anteroflexión, concéntrate en contraer el cuádriceps tirando hacia arriba, como cuando tiras de las rótulas hacia las caderas. Esta contracción del cuádriceps avisa a los isquiotibiales para que alivien aún más la tensión, lo cual aumenta el estiramiento. Esta técnica también desarrolla la fuerza de los cuádriceps. Si aplicas este principio a todo estiramiento, aumentarás la fuerza y flexibilidad de los músculos en oposición, un modelo casi perfecto para aumentar la flexibilidad.
Léelo y lo sabrás, hazlo y lo aprenderás
Mecánica de los Estiramientos
Reviewed by Daniel Planas Cortés
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19:12:00
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