Posicionarse en el Arte del Combate

En cuanto a discernir la posición que se ha de ocupar en los distintos lugares, se dice que se ha de "cargar con el sol", es decir, que uno ha de posicionarse dejando el sol a sus espaldas. Si, En función del lugar, uno no puede tener el sol a sus espaldas, uno ha de colocarse de forma que el el sol esté en su costado derecho.


De la misma manera, en los salones de las casas o en los interiores, la fuente de luz también ha de estar siempre detrás de uno mismo o en el costado derecho. Uno debe posicionarse de forma que siempre tenga espacio por detrás, dejando un hueco amplio a la izquierda y estrechando el espacio a la derecha.

Si es de noche y uno se encuentra en un lugar en el que los enemigos son visibles, al igual que en los casos anteriores, uno debe posicionarse teniendo en mente que la fuente de luz ha de quedar a nuestras espaldas o que mantenerse hacia nuestro costado derecho.

Es importante posicionarse según lo que se llama "mirar al enemigo desde lo alto", es decir, colocándonos siempre en un lugar más alto que el del enemigo, aunque sólo sea un poco. En cuanto al combate en sí, si se está acorralando al enemigo se debe perseguir a este último dirigiéndolo hacia la izquierda, de forma que el lugar difícil quede a su espalda. Se cual fuere la situación, es muy importante ir acorralando al enemigo hacia los lugares difíciles. Se dice que una vez posicionado al enemigo en estos lugares difíciles, no se ha de dejar que vea y examine el lugar, es decir, hay que atacarle sin cesar, hostigándole de forma que no tenga ni un momento para echar un vistazo al lugar y evaluar la situación. 

No dejar que el enemigo examine el lugar mientras se le está acorralando es algo extremadamente importante, ya sea en el interior de las casas, en umbrales, puertas, corredores externos o cuando se le esté acorralando hacia una columna. Sea cual fuere la situación, se ha de acorralar al enemigo hacia lugares donde el suelo sea firme o sea desigual, hacia lugares donde haya obstáculos u otras posibles distracciones en la cercanía. Uno ha de sacar siempre provecho de las características que proporcione el lugar, pues es primordial obtener la ventaja del mismo. Esto se ha de examinar a fondo y entrenarse mucho en ello.

Aquel que se adentre en el camino del arte del combate ha de dirigir siempre la atención de su espíritu a dicho camino. Así, cuando se esté en el interior de una casa, se ha de examinar las ventajas y desventajas del lugar en el que uno se encuentra sentado, examinar las posibles armas presentes en el lugar que puedan sernos de utilidad. Del mismo modo en los exteriores se ha de mirar a la montaña y captar sus ventajas, se ha de mirar el río y conocer sus ventajas, y así, cualquiera que sea el lugar, pantanos, terrenos encharcados o demás lugares, es muy importante comprender siempre las ventajas que presentan para el arte del combate.



Léelo y lo sabrás, hazlo y lo aprenderás