El Ritmo en el Arte del Combate

En todas las cosas existe un ritmo o una cadencia, pero es difícil dominar el ritmo en el arte del combate sin un entrenamiento previo.

Entre los ritmos que existen en este mundo, destacan los de la danza o los de la música de viento o cuerda, todos ellos ritmos que concuerdan bien entre sí. En el camino de las artes marciales al tirar con el arco, al disparar un fusil o incluso al montar a caballo, también existen ritmos y cadencias. Ya sea en artes marciales o en las demás artes, no se debe desobedecer al ritmo. También tiene un ritmo todo lo que no es visible o palpable.
Los ritmos o tiempos en el arte del combate son diversos. En el arte del combate es muy importante conocer primero los ritmos que concuerdan y discernir los que no concuerdan, distinguir dentro de los ritmos grandes y pequeños, rápidos o lentos, los ritmos de acierto, los ritmos de intervalo y los ritmos que se oponen al ritmo del otro. Si no se consiguen discernir estos diversos ritmos, el arte del combate jamás será algo certero.

En el arte el combate, en cualquier lucha, se deben conocer los ritmos de cada enemigo, pues a éste se le puede vencer cuando se toma justo un ritmo que ni tan siquiera imagina, emitiendo ritmos del vacío desde el ritmo de la sabiduría.

Si se entrena día y noche en el camino del arte del combate, de forma natural adquirirá  un amplio espíritu que servirá tanto para la lucha individualmente como en colectivo. El camino del arte del combate debe ejercitarse a fondo teniendo en mente los principios generales de la rectitud. En este camino, uno no puede convertirse en un experto del arte del combate si no discierne la rectitud desde una perspectiva amplia. Una vez dominado este método, aun siendo uno solo contra veinte o treinta enemigos, jamás se perderá el combate.

Si uno mantiene siempre un espíritu que busca profundizar el arte del combate y se adiestra en el camino de la rectitud, conseguirá vencer primero con las manos y también en lo visible a los ojos. Cuando, entrenando aún más, se logre el libre manejo de todo el cuerpo, uno conseguirá vencer también en fuerza física. Y cuando el espíritu consiga dominar este camino, también en espíritu se vencerá a los demás. Una vez alcanzado este punto de adiestramiento en el camino, uno habrá llegado al punto en el que será imposible perder.

Sea cual fuere el camino, se ha de saber que jamás se habrá de perder ante los demás, que uno ha de salvarse a sí mismo y que uno ha de obtener el renombre. En esto consiste el camino del arte del combate.


Léelo y lo sabrás, hazlo y lo aprenderás