Entiende tu Cuerpo
La forma en que empleas el cuerpo es tan importante para la flexibilidad como
la frecuencia con la que practiques estiramientos. Ser capaz de abrirte en
una tijera completa no garantiza que tengas flexibilidad para dar una patada
en la cabeza a tu compañero de entrenamiento.
La flexibilidad estática (la que se requiere para las tijeras y otros estiramientos sin movimiento) es muy distinta de la flexibilidad dinámica (la necesaria para las patadas).
Por lo que a la flexibilidad dinámica se refiere, el grado en que conozcas tu cuerpo y el uso que hagas de él son factores clave. Utilizar correctamente el cuerpo puede aumentar la altura de las patadas, la velocidad de los desplazamientos y la potencia de los puñetazos, además de asegurar la práctica de muchos años de artes marciales relativamente libre de lesiones.
Posturas
Si practicas un arte tradicional, probablemente habrás aprendido desde el primer día posturas correctas para las posiciones de lucha. Si practicas algún estilo más moderno, tal vez no prestes mucha atención a las posturas. Las buenas posturas aumentan la potencia de las técnicas, te permiten moverte con libertad y previenen las lesiones, sobre todo en la espalda. He aquí algunas pautas sobre posturas básicas que te permitirán movimientos más eficaces:
En bipedestación, la región lumbar debe adoptar una ligera curva hacia dentro. • Mantén las rodillas rectas pero nunca bloqueadas cuando estés de pie erguido o con la cintura flexionada, y nunca con una flexión superior a noventa grados en posiciones de artes marciales.
Movimientos
El segundo elemento de crecimiento de tu cuerpo consiste en tener en cuenta la forma en que mueves los pies. Los corredores la denominan marcha, pero los artistas marciales usamos un lenguaje un poco más difícil de descifrar. No sólo nos desplazamos hacia delante, sino también hacia los lados, hacia atrás y en cualquier dirección intermedia.
He aquí unos cuantos puntos clave sobre los movimientos de las artes marciales:
Léelo y lo sabrás, hazlo y lo aprenderás
La flexibilidad estática (la que se requiere para las tijeras y otros estiramientos sin movimiento) es muy distinta de la flexibilidad dinámica (la necesaria para las patadas).
Por lo que a la flexibilidad dinámica se refiere, el grado en que conozcas tu cuerpo y el uso que hagas de él son factores clave. Utilizar correctamente el cuerpo puede aumentar la altura de las patadas, la velocidad de los desplazamientos y la potencia de los puñetazos, además de asegurar la práctica de muchos años de artes marciales relativamente libre de lesiones.
Posturas
Si practicas un arte tradicional, probablemente habrás aprendido desde el primer día posturas correctas para las posiciones de lucha. Si practicas algún estilo más moderno, tal vez no prestes mucha atención a las posturas. Las buenas posturas aumentan la potencia de las técnicas, te permiten moverte con libertad y previenen las lesiones, sobre todo en la espalda. He aquí algunas pautas sobre posturas básicas que te permitirán movimientos más eficaces:
- Mantén erguida la cabeza, y el mentón, un poco bajo.
- Relaja los hombros y retráelos un poco, abriendo el pecho.
- Mantén los codos cerca del cuerpo.
- Evita encorvar la columna o tensarla en exceso.
En bipedestación, la región lumbar debe adoptar una ligera curva hacia dentro. • Mantén las rodillas rectas pero nunca bloqueadas cuando estés de pie erguido o con la cintura flexionada, y nunca con una flexión superior a noventa grados en posiciones de artes marciales.
Movimientos
El segundo elemento de crecimiento de tu cuerpo consiste en tener en cuenta la forma en que mueves los pies. Los corredores la denominan marcha, pero los artistas marciales usamos un lenguaje un poco más difícil de descifrar. No sólo nos desplazamos hacia delante, sino también hacia los lados, hacia atrás y en cualquier dirección intermedia.
He aquí unos cuantos puntos clave sobre los movimientos de las artes marciales:
- Cuando te desplaces combatiendo en posición erguida (como en el boxeo), el peso se desplazará un poco hacia delante, los dedos de los pies «se agarran» al suelo y debes centrarte en la ligereza de los pies. Evita dejar los pies planos en el suelo o con el peso echado hacia atrás durante las posiciones de combate.
- Cuando te desplaces adoptando una posición clásica en arco, el peso debe desplazarse hacia la pierna apoyada, el cuerpo se centra sobre dicha pierna, mientras que la pierna en movimiento se desplaza por debajo del cuerpo y se proyecta hacia delante o atrás. Evita cargar el peso del cuerpo hacia delante o atrás; en vez de ello, concéntrate en desplazarlo y deslizarte, con la columna y la cabeza erectas.
- Muévete de forma simétrica y con un ritmo constante. Evita depender más de una pierna que de la otra.
- Da zancadas moderadas, sobre todo cuando practiques con un compañero o con tu sombra. No dejes que tu centro de gravedad deje de situarse sobre la pierna apoyada en el suelo.
- Mantén las rodillas mirando hacia delante. Cuando adoptes una posición de combate, resulta útil apretar un poco los muslos y evitar que las rodillas se abran en varo.
- No bloquees las rodillas. Incluso en posiciones con el cuerpo completamente erguido, deja algo de laxitud en las rodillas y tobillos.
- Equipara la altura de las caderas y equilibra el peso por igual en ambas piernas cuando estés de pie y parado. Si adoptas una posición de ataque y avance (con las caderas mirando hacia delante y en coordinación con los hombros) o una posición angular (con las caderas y hombros angulados hacia un lado), mantén las caderas alineadas con los hombros para prevenir esguinces vertebrales.
- Emplea los brazos como ayuda en los movimientos. En una posición convencional de combate, las manos se sitúan al nivel del pecho/hombros y los hombros están relajados. Utiliza los brazos para equilibrar tus movimientos. Si los hombros están tensos en la zona del cuello, los puños se cierran demasiado o los brazos no están en una posición relajada, los brazos se convierten antes en un «peso muerto» que en una ayuda para el movimiento.
- Mantén la cabeza sobre tu centro de gravedad. Evita inclinarte hacia atrás cuando te muevas hacia delante y viceversa.
- Conserva una buena postura, prestando especial atención a mover el cuerpo como una unidad. Evita que tu centro de gravedad se aleje demasiado de sus cimientos, sobre todo durante los deslizamientos, saltos y cambios de posición, y los giros del cuerpo.
Mecánica corporal
El tercer elemento es el uso que haces del cuerpo para lograr tus objetivos, es
decir, la ciencia de la mecánica corporal. El cuerpo es un instrumento asombroso
pero delicado, muy parecido a un sofisticado avión. Puede rendir a
alturas sorprendentes, pero un solo error de cálculo y los resultados podrían
ser desastrosos.
Aunque se escriben libros enteros consagrados al tema de la mecánica corporal,
daremos aquí unas pautas sencillas:
- La ausencia de dolor no es un indicador de que la forma en que te mueves sea correcta. Dar saltos durante tres asaltos de entrenamiento en una posición incorrecta tal vez no cause problemas durante una clase, pero dejará sus huellas en la espalda, caderas o rodillas al día siguiente.
- Piensa antes de moverte. Adoptar una perspectiva calculada de tu entrenamiento puede prevenir ese movimiento erróneo que lamentarás más tarde. Tal vez sea buena idea unirte a los más jóvenes para dar unas cuantas patadas en salto, pero ten en cuenta primero tu nivel de destreza y tu forma física. Si tienes dudas sobre una técnica o movimiento, consulta a tu profesor, prueba una variante menos exigente o abandona el ejercicio.
- Emplea las piernas para aliviar la carga que soporta la espalda. Cuando ejecutes proyecciones o levantamientos, utiliza las piernas para cargar el peso y mantener recta la espalda. Nunca flexiones el tronco para levantar algo, sobre todo algo tan pesado como otra persona.
- Alterna la posición de los pies cuando practiques levantamientos o proyecciones, de modo que un pie quede un poco adelantado.
- Cuando cruces las extremidades sobre el cuerpo durante una proyección o patada, emplea piernas y brazos para desplazar el peso sobre el eje de tu espalda. No tuerzas la espalda para utilizarla como fuente primaria de movimiento.
- Evita inmovilizar las articulaciones, sobre todo rodillas y codos. Mantén las articulaciones «laxas» y flexibles durante los movimientos.
Léelo y lo sabrás, hazlo y lo aprenderás
Entiende tu Cuerpo
Reviewed by Daniel Planas Cortés
on
19:17:00
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